martes, 9 de diciembre de 2008

La situación del Perú frente a la lluvia ácida



Si la lluvia ácida no conoce fronteras y los óxidos de azufre y nitrógeno viajan largas distancias y se depositan las partículas en forma seca o caen en forma de lluvia lejos de su lugar de origen, ocasionando las contaminaciones transfronterizas, la pregunta es ¿cómo nos afecta este fenómeno ambiental a los peruanos? ¿Somos un país formador de lluvia ácida o víctima de ella?


Para resolver estas dudas conversamos con el doctor Godofredo Arauzo Chuco, médico, investigador del medio ambiente y catedrático de la Universidad Privada Los Ángeles, en Huancayo quien desde hace una década viene investigando sobre los efectos de la lluvia acida en nuestro país.


-Doctor, en primer lugar díganos, ¿somos un país formador de lluvia ácida?

-Claro que sí, la lluvia ácida se forma principalmente por el dióxido de azufre y solo en el distrito de la Oroya, en Junín, donde se encuentra la refinería minero metalúrgico más grande del Perú, se elimina tres mil toneladas de dióxido de azufre por día según cifras del año 2002.

¿Y esa cifra se habrá reducido hasta el presente año?

-No, todo lo contrario, actualmente debe ser mayor puesto que en agosto de este año se realizó una medición por parte de instituciones privadas de la concentración de dióxido de azufre en la Oroya y el resultado arrojó que existía 27 mil microgramos por metro cúbico de aire cuando lo máximo permitido es 13 microgramos. Una tremenda diferencia. Hace unos años la NASA realizó una medición de las principales zonas ácidas en el mundo y en el Perú ubicó dos zonas: La Oroya y Toquepala. A la Oroya la ubicó como la quinta ciudad más contaminada del mundo. Y considero que ha sido benévolo porque de acuerdo a mis investigaciones, la Oroya es la más contaminada del Perú, de América Latina y también del mundo.

-Entonces somos un país que forma lluvia ácida pero, ¿somos también victima de ella?

-Sí, en el Valle del Mantaro el 48 % de la lluvia que cae es ácida y se origina del bióxido de azufre que elimina la refinería de La Oroya. En la provincia de La Concepción el 98 % de la lluvia es ácida y esta lluvia trae trastornos en la salud, el ecosistema, en la biodiversidad pero nuestras autoridades viven en el limbo. Los ciudadanos ignoran la realidad de la contaminación en nuestra patria y el gobierno sabe de lo que ocurre en la Región de Junín pero no toma medidas al respecto. No toman conciencia de que la salud se forma en base a cuatro pilares: la herencia, el medio ambiente, la alimentación y los hábitos de la persona. El factor ambiental es muy importante.

¿Y qué podemos hacer frente a este problema?

-Para controlar o disminuir la lluvia ácida es imperativo disminuir las emisiones de óxidos de azufre y nitrógeno. Para esto los países desarrollados desde la década del 90 han diseñado programas para este fin y las autoridades peruanas deben redactar una política medio ambiental de estado. El Ministerio de Ambiente debe exigir a las mineras usar tecnología actualizada, limpia y poner en vigencia el consenso mundial vigente desde 1972 que estipula que "el que contamina paga" y que ha sido ratificado por la Conferencia de las Naciones Unidas en Río de Janeiro en 1992. Y por último, debe hacer cumplir de manera efectiva las normas ambientales.

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